La campaña presidencial, entre brujerías, láser, chismes y chuzadas
Por todo esto, y la guerra sucia entre algunos candidatos, esta será una de las más polémicas en las últimas décadas.
En la historia de estos últimos 50 años de vida política en el país, no hay atisbo de duda de que el periodo preelectoral que se vive en estos momentos de cara a la elección presidencial, ha sido uno de los más pugnaces, controvertidos, riesgosos, y cargado de algunas peculiaridades que llaman la atención.
Parece que no se hubiera quedado por fuera nada de lo vil y canalla: insultos, ofensas, lluvia de memes groseros, guerra sucia, manipulación de información y bromas “pesadas”.
También mentiras, acusaciones, falsos señalamientos, zancadillas, filtraciones, chuzadas, amenazas, bodegas para difamar y 'perratear', en fin; todo un manual de malas prácticas a la hora de hacer gestión para ganar adeptos.
Algunos acontecimientos surgieron de las entrañas de las mismas campañas, y otros de la “periferia”, pero siempre ligados al acontecer electoral del momento.
Y por si acaso faltaba un ingrediente más para sazonar esta compleja olla de sancocho en que se ha convertido la etapa electoral en Colombia, apareció un episodio paranormal, venido del más allá, brujería pura, que llaman unos; dirigido en línea recta a uno de los candidatos en contienda.
“¡Impresionante!: Policía descubre que a Federico Gutiérrez le están haciendo brujería en un cementerio. Esta es la historia”, publicó una revista semanal para captar la atención de los lectores, y electores, supone uno.
Pero como esto de la hechicería es tan complejo, ni la Policía, ni la revista, y mucho menos la organización del candidato, especificaron si las maniobras de aquellas brujas estaban orientadas a que este ganara o perdiera la elección, porque podían darse ambas formas.
La publicación se limitó a reseñar en la “chiva” informativa de “que era un acto de brujería (…) un hecho sin precedentes en las contiendas presidenciales del país”.
Y aunque tampoco dijeron que era artimaña de la oposición, sospecha uno que sí pudo haber sido una táctica petrista, fajardista, o tal vez de algún seguidor del ‘ingeniebrio’. Vaya uno a saber.
Esto se alcanza a colegir porque la revista detalla que en el ritual hallaron “unas velas prendidas y un muñeco hacia abajo con la cara del candidato Fico (…) una tela negra con la palabra ‘muerte’, y los emblemas de la campaña de este”.
Como coincidencia, este incidente con brujas a bordo tuvo lugar en el cementerio de Corozal, ciudad sucreña cuyo aeropuerto se llama precisamente, Las Brujas.
La investigación quedó de ese tamaño, como que nadie se atrevió a caminar sobre los predios oscuros de la magia negra.
De la brujería a la alta tecnología
Pero como ya dijimos que ha pasado de todo en esta fase de campaña, además de la milenaria brujería también hubo aplicación de alta tecnología, ciencia y espionaje al mejor estilo James Bond.
De nuevo el objetivo de estos raros procedimientos fue el candidato Fico Gutiérrez, aspirante por la Coalición de la Esperanza.
El paisa denunció que en la sede de su campaña en Medellín hallaron micrófonos, lo que no dudó en denominar “un acto criminal”.
“Esto es una chuzada”, reclamó.
El suceso recordó el incidente “Watergate” de Richard Nixon, también colmado de micrófonos, espías y sabotaje en su afán de reelección en Estados Unidos, a principio de los años 70.
Como sea, jamás se creyó que en Colombia llegaran a tanto, un solo candidato atacado por dos frentes: brujería y tecnología.
El láser del ‘pelao’ universitario
Y para seguir con lo de la tecnología en campaña, las alarmas se encendieron, hubo pánico e inquietud en las huestes de la candidata, seguidores y equipo de seguridad de Francia Márquez, aspirante vicepresidencial por el Centro Histórico.
En la Plaza de los Periodistas en Bogotá, en el cierre de campaña el 21 de mayo pasado, la líder afro fue apuntada en pleno rostro con la luz verde de un láser.
El sospechoso haz luminoso la persiguió por varios momentos cuando disertaba tarima, al punto que se tejieron conjeturas de un posible atentado con arma de mira telescópica acompañada de láser, como se ve en las películas.
La reacción no se hizo esperar, de inmediato se desplegó un rápido operativo que causó alarma en la plaza, trascendió a medios y redes, lo cual causó consternación en el país.
Sin embargo, al día siguiente las aguas volvieron a tornarse tranquilas. Se aclaró todo, fue una travesura de un ‘pelao’ universitario con ganas de 'perratear'.
De todos maneras la Fiscalía intervino en el caso para despejar cualquier amago de duda.
Chismes y la carta al Colegio Alemán
En cuanto al tema de los bochinches como arma de campaña, dos especies acapararon principalmente la atención de la gente, y se dieron a conocer en estas últimas semanas.
Ambos salieron de las toldas del Pacto Histórico, y resultaron rumores ‘chimbos’ o ‘bombas’, como dicen coloquialmente los muchachos de ahora.
Uno trató de un supuesto video de connotación sexual que iba a ser publicado o subido en redes, y que involucraría al candidato Petro.
Aunque a decir verdad nunca se especificó qué papel jugaba el fundador del Pacto Histórico en las imágenes.
La versión se propaló durante un fin de semana, y anunciaba que la cinta se iba a echar a rodar el lunes siguiente.
Sin embargo, a pesar de la expectativa gigante que despertó la notificación, nunca alcanzó a verse el tal video porno, y muchos se quedaron con las ganas de ver en acción a Petro.
El otro chisme, de más reciente especie, tuvo que ver con el supuesto plan del Gobierno de dar un 'golpe de Estado', para suspender las elecciones, y salió de boca del mismo candidato Gustavo Petro en su cierre de campaña en Barranquilla.
En este asunto se llegó al extremo de afirmar, por parte de un tuitero, que en ese mismo contexto se fraguaba un plan para asesinar al Registrador Nacional, Alexander Vega, a efectos de impedir las elecciones.
Ambos anuncios resultaron infundios, “jugaditas” propaladas con propósitos no muy claros.
Y tal vez la más reciente muestra del ambiente de crispación e intolerancia, y falta de respeto por los demás que se vive por estos días en el país en materia política, fue la inaudita carta de un grupo de padres de familia del Colegio Alemán de Medellín, que exigían la desafiliación de plantel de las dos hijas del suspendido alcalde de esa ciudad, Daniel Quintero.
Aunque en uno los apartes trataron de ‘lavarse las manos’ con que: “No se trata de política, ni de partidos ni tampoco de apoyo a candidatos presidenciales, ni menos de poner en entredicho el derecho a la educación”, a todas vistas ese era el fondo del escrito.
El contenido de la misiva mereció el repudio de amplios sectores del país, e incluso de la comunidad estudiantil del plantel, que la rechazó en todos sus puntos.
Con esta variedad y complejidad de hechos y casos, el país espera ahora que entramos en la recta final de la campaña presidencial, que al fin los ánimos puedan relajarse, bajar los ánimos, y en últimas aceptar los resultados que arrojen las urnas.